Ya ha finalizado el proceso de venta de las sociedades de prevención, que, recordemos, eran los servicios de prevención cuyo propietario único era la mutua de accidentes de trabajo de la cual derivaron en su momento. Una vez transcurridos los plazos máximos establecidos en la Ley 31/2014, ya se han concretado todas las operaciones de venta. Esto permite que, por fin, todas las empresas que actúan como servicios de prevención acreditados puedan competir en igualdad de condiciones, ya que desde el año 1998 las mutuas de accidentes pagaron directamente o bien realizaron sin cobrar nada, parte de los gastos de sus servicios de prevención, disminuyendo sus costes de explotación. Recordemos que las mutuas son entidades colaboradoras de la Seguridad Social que gestionan dinero público, por lo que esta subvención de los costes de sus servicios de prevención se realizaba con los impuestos de todos. Ahora las sociedades de prevención, una vez completada su venta (del 100% de las acciones en todos los casos), ya no tienen ninguna vinculación con ninguna mutua de accidentes. Las empresas usuarias habitualmente confunden su mutua con su servicio de prevención, fruto de que durante muchos años ambas actividades se ejercían desde la propia mutua, pero ahora ya deberán diferenciarlos claramente, al no tener ningún tipo de vínculo entre ellos. Una empresa puede cambiar de servicio de prevención sin que influya en nada en su mutua de accidentes.

Las sociedades de prevención han sido adquiridas por diferentes inversores privados. El resultado ha sido que, en general, los nuevos propietarios son empresas de inversión de capital riesgo, sin ninguna vinculación anterior con los servicios de prevención. Este es el caso de los mayores operadores: Fremap, Unipresalud, MC Prevención y Fraternidad, que han sido adquiridos por CVC Partners, y que incluso la agencia Reuters ha publicado la noticia de que ya está buscando nuevo comprador (noticia publicada en El Economista el 13 de abril del 2015), por lo que parece que su único objetivo es el de obtener un beneficio rápido con la compra venta. Situaciones similares se producen en ASPY (antigua Asepeyo), comprada mayoritariamente por Pablo Garriga, socio de la firma de inversión Capital Value. Pocas sociedades de prevención han sido adquiridas por personal perteneciente al sector, destacando el caso de Cualtis, ex Ibermutuamur, que ha sido comprada por su propio personal, lo cual es merecedor de nuestro respeto por el interés y confianza que demuestran en su propio trabajo. Lástima que su caso sea una excepción, porque el sector de la prevención de riesgos laborales necesita ganar prestigio, y eso solo puede lograrse si desaparecen los oportunistas que puedan anteponer el negocio rápido a la cobertura necesaria que cualquier cliente necesita en materia de prevención. Por suerte, el tiempo siempre acaba colocando a todos en su sitio, y en cuestión de servicios a empresas, el tiempo siempre ha jugado en favor de la calidad y la eficacia.